Muchos de nuestros clientes nos comentan que su vehículo ha sido declarado por la compañía aseguradora propia como “siniestro” o pérdida total, lo cual constituye en sí una experiencia angustiosa y traumática, especialmente cuando no eres responsable del accidente. A veces, tenemos nuestro vehículo estacionado correctamente en la calle y este se ve implicado en un accidente con uno o varios vehículo, no existiendo culpa alguna por parte del cliente, quien se ve privado de su medio de transporte habitual de forma temporal, a veces, en un periodo de tiempo más largo de lo que se debería.
En estos casos, es fundamental conocer los derechos y pasos necesarios para reclamar la indemnización adecuada. Este artículo proporciona una guía detallada sobre cómo proceder en caso de un siniestro total sin culpa, utilizando información de diversas fuentes especializadas y abordando las particularidades del proceso.
¿Qué es un siniestro total?
Un siniestro total se declara cuando la compañía determina que el coste de reparar el vehículo supera su valor venal/mercado, o cuando las reparaciones no garantizan la seguridad del vehículo. En otras palabras, el coche o moto se considera «irreparable» desde el punto de vista económico y práctico.
Es la propia compañía aseguradora del vehículo quien perita y determina normalmente si la reparación resulta antieconómica, o en otras palabras mas entendibles, si “cuesta más el collar que el perro”.
Derechos del perjudicado.
Cuando un vehículo es declarado siniestro total sin culpa del propietario, éste tiene derecho a recibir una indemnización que compense la pérdida del vehículo. Este proceso no siempre es sencillo, ya que las compañías de seguros pueden ofrecer una cantidad inferior al valor real del vehículo. Por ello, es crucial estar bien informado y, en muchos casos, contar con el apoyo de un abogado para accidentes de tráfico en Málaga.
Para ello, es fundamental contar con una valoración independiente a la realizada por la propia compañía, donde se determine el valor de tu vehículo antes del accidente. Esta valoración te ayudará a comparar la oferta de la aseguradora y negociar una indemnización justa. Muchas veces, las aseguradoras intentan minimizar los pagos y ofrecen cantidades inferiores al valor real del vehículo.
Valor Venal, Valor de Mercado y Valor de Afección.
Valor Venal
El valor venal es el precio que tendría un vehículo en el mercado en el momento anterior al siniestro, considerando su antigüedad, estado de conservación y kilometraje. Este valor se determina comparando el vehículo con otros similares disponibles en el mercado de segunda mano. En otras palabras, el valor venal representa el precio que se podría obtener al vender el vehículo en su estado actual antes del accidente. Es un indicador esencial para las aseguradoras al calcular la indemnización, ya que refleja una estimación objetiva y ajustada al valor real del vehículo en el mercado.
Valor de Mercado
El valor de mercado es un término más amplio que incluye el valor venal, pero también puede tener en cuenta otros factores, como la demanda específica de ese modelo en particular, condiciones económicas generales y tendencias del mercado de automóviles. A diferencia del valor venal, que se centra en el valor de segunda mano, el valor de mercado puede reflejar fluctuaciones y condiciones específicas del mercado que puedan influir en el precio de venta. Este valor es esencialmente el precio al que se podría vender el vehículo en un mercado libre y competitivo, teniendo en cuenta su estado y características.
Valor de Afección
El valor de afección es un concepto más subjetivo y personal, que considera el valor sentimental y la utilidad específica que el vehículo tiene para su propietario. Este valor no se basa únicamente en criterios económicos o de mercado, sino que también incorpora la importancia emocional o el uso particular que el propietario le da al vehículo. Por ejemplo, un coche que ha pertenecido a una familia durante generaciones puede tener un valor de afección significativamente mayor que su valor venal o de mercado. Sin embargo, es importante destacar que las aseguradoras no suelen contemplar este valor al calcular la indemnización, ya que es difícil de cuantificar de manera objetiva y estandarizada.
Otra opción más rudimentaria, pero que suele dar resultados, es analizar el mercado de segunda mano, buscando un vehículo de similares características al siniestrado (Marca, modelo, año, kilómetros…) y aportar a la compañia varios anuncios que determinen el precio medio del vehículo en el mercado, es decir, que nos costaría adquirir un vehículo igual al que teníamos. Normalmente las compañías utilizan el valor venal, calculado por empresas del sector que no tienen porque coincidir con el valor que tiene ese vehículo en el mercado (suele ser inferior), suponiendo un menoscabo para el perjudicado quien para comprar un un vehículo similar, tendrá que poner dinero de su bolsillo y además tendrá la incertidumbre del estado del vehículo que se adquiere.
Con 15 años de experiencia en accidentes de tráfico, es figura destacada en el ámbito legal. Su profundo conocimiento y dedicación han beneficiado a miles de implicados en accidentes de tráfico, guiándolos a través de la complejidad legal hacia indemnizaciones justas.